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Logran fotografiar nidos de águilas calvas en los cactus de Arizona

La presencia de nidos de águilas calvas en los cactus de saguaro del desierto de Sonora, Arizona (EE.UU.), fue mencionada en registros de 1937, pero nunca existió confirmación fotográfica del hecho. Y aunque luego se refrendó su existencia en algunas plantas de ese tipo en México, en territorio estadounidense los especialistas buscaron durante décadas sin poder volverlas a observar.

Ahora, finalmente, un equipo del Departamento de Caza y Pesca de Arizona (AZGFD, por su sigla en inglés) logró hallar esa ave y testimoniar el aumento de su número de ejemplares. “Ha sido para mí una caminata de 18 años, atento a un nido de águila calva en un saguaro, así que encontrar finalmente un ejemplar es increíble”, afirmó el biólogo estatal Kenneth Jacobson.

Junto con su equipo, Jacobson sobrevoló la zona en helicóptero para observar desde arriba uno de esos nidos y así comprobar que, además de dos ejemplares adultos, había en el nido crías, lo que fue interpretado como una muestra de la buena salud de la pareja y del crecimiento de la especie.

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“Fue súper emocionante. Cuando la gente piensa en los cactus de saguaro, piensa en Arizona. Luego tienes un águila calva en el desierto, en un saguaro. No sé cuánto más que eso se pueda conseguir en Arizona”, expresó Jacobson.

Los nidos de esas aves suelen ser de grandes dimensiones. Llegan a tener entre 1,8 y 3 metros de diámetro. Su cavidad, en la que son depositados los huevos, alcanza entre 30 y 40 centímetros de diámetro, con 10 centímetros de profundidad. Por eso deben buscar estructuras grandes para armarlos. Y los cactus saguaro son los de mayor tamaño en EE.UU.

Una especie en crecimiento

Jacobson recordó que la población de águilas calvas fue para la década de 1970 tan escasa que apena se consiguieron menos de media docena de nidos, por lo que esas aves fueron consideradas como una especie en peligro hasta 2007, cuando finalmente salieron de ese listado. El año pasado fueron divisados 89 ejemplares, distribuidos por “todo el sistema fluvial de Arizona central”.

“Creo que verlos finalmente anidando en un cactus saguaro es parte de la historia de su crecimiento como población y en su conjunto. Es una buena señal”, concluyó el biólogo del AZGFD.