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Le tiró ácido en la cara a su novio mientras dormía porque creía que le era infiel

Durante la audiencia judicial se determinó que Esther Afrifa, de 28 años, compró por Internet un litro de ácido sulfúrico y en diciembre del 2019 vertió la sustancia en el pecho de Kelvin Pogo, de 29 años.

Ocurrió en el departamento que ambos compartían en Londres y en un primer momento, sin saber que se trataba de un ataque de su pareja, el joven le pidió ayuda a ella.

En tanto, la mujer, fingió que llamaba a los servicios de emergencia, bloqueó una llamada de sus amigos y canceló un taxi para llevar a la víctima al hospital.

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Afrifa volvió a verter ácido sobre la cara y el cuerpo de su novio, por lo que el hombre salió corriendo de la vivienda y recibió ayuda de gente que pasaba por el lugar.

Más tarde la Policía halló a la mujer en un callejón cercano y la arrestó.

Durante la investigación del caso, Pogo reveló que la joven ya había tratado de hacerlo tomar ácido cuando le dio una botella deportiva que según dijo tenía agua de la canilla. En esa ocasión Pogo se salvó porque desconfiaba del agua de la canillao desde su infancia en África.

Al delcarar culpable a Afrifa, el juez Charles Bourne la consideró un peligro constante para los ciudadanos y ordenó que cumpliera al menos dos tercios de la condena de 14 años de prisión, más tres años adicionales de libertad condicional una vez liberada.

"Usted preparó un arma que sabía que causaría lesiones desfigurantes extremadamente graves y un dolor terrible", le dijo el magistrado, y añadió: "Se armó y siguió deliberadamente ese plan".

Afrifa negó todas las acusaciones y quedó recluida en un hospital bajo vigilancia debido a un trastorno mental que desarrolló desde los ataques. Según medio slocales, es probable que sea deportada a Ghana tras su salida de la cárcel.

Pogo, quien se había mudado al Reino Unido para estudiar cine, sufrió una pérdida de visión y afirmó que quedó marcado física y psicológicamente.

"Cada día que me despierto es como el día en que me atacó. Es como si el tiempo se hubiera detenido. Cada vez que llaman a la puerta tengo miedo de que alguien me haga daño. Ella era mi mundo y me hizo esto. No lo entiendo", señaló en declaraciones a Evening Standard.

También contó que debe 55.000 dólares en facturas médicas. "Estoy preocupado porque pronto se me acabará el visado y todavía tengo que hacerme más operaciones en el Reino Unido", finalizó.

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