Entonces, para que planear las vacaciones no se convierta en una tortura ni en una obligación extra, la experta recomendó "mentalizarse para que la situación no los afecte, y recordar que se trata de un momento que debe estar dedicado al disfrute, a la distracción y al descanso". Una buena táctica, según ella, es planificar con amigos, para que la tarea sea compartida y pueda realizarse de manera más relajada.
Signos de alerta
El fin de año es una temporada donde el estrés "suele manifestarse rápidamente en el cuerpo", detalló la psicóloga. En ese sentido, aconsejó atender a cualquier síntoma físico, entre los que destacó "taquicardia, cambios en la piel, dolores de panza, alteración en el sueño y olvidos de las cuestiones más cotidianas". "Conviene siempre escuchar al cuerpo para no dejar que las obligaciones nos expongan a situaciones que afecten nuestra salud", concluyó.
Niños estresados
Pero el estrés de fin de año no es una cuestión exclusiva de los adultos. Ansiedad, miedo, nervios, dependencia materna o paterna, enuresis, insomnio, cambios de conducta en la alimentación, olvidos, baja del rendimiento escolar y agresividad pueden ser algunos de los síntomas, según detalló Laura Lewin, especialista en educación, autora y oradora TEDx.
"Si al estrés del fin del año lectivo y cierre de notas, le agregamos el cansancio de esta época del año, vamos a tener niños con falta de atención, de concentración, o de memoria. Bajar el nivel de estrés es de vital importancia para lograr una vida más sana, más equilibrada y alegre", aseguró Lewin.
La especialista sostuvo que "muchos niños, con el tiempo y a medida que van creciendo, aprenden a gestionar su propio estrés, a través del juego, del deporte y de las relaciones sociales. Pero esto no pueden lograrlo solos, necesitan de la ayuda de los papás".
Consejos para bajar el estrés infantil
- Está bien exigirles, pero no debemos olvidarnos que cada niño tiene su propio ritmo y que necesitan un equilibrio entre sus demandas escolares y su tiempo de esparcimiento, recreación, o tiempo de "no hacer nada".
- Unas mini-vacaciones pueden ayudar a superar episodios de irritabilidad, cansancio o agotamiento mental o físico. Momentos de esparcimiento, de juego o deporte pueden volver a restablecer el equilibrio físico y emocional.
- Priorizar. ¿Qué es urgente, qué es importante, y qué no lo es tanto? Para los chicos, priorizar puede ser todo un desafío. Debemos enseñarles en dónde poner primero su atención.
- Enfatizá el valor del esfuerzo y la perseverancia por sobre la nota. Tenemos que lograr que los niños valoren el esfuerzo y la perseverancia, y que crean en sí mismos. La infancia es el momento de la vida en el que los chicos deben aprender a equivocarse y a aprender de los errores. De lo contrario, serán adultos sin perseverancia y no creerán en sus habilidades y sus capacidades para tener éxito.
- No olvidarnos de lo básico: debemos respetar sus ciclos de sueño, higiene, una alimentación balanceada, y permitirles disfrutar de sus horas de juego y actividad física.
- Y, si se lleva materias, no olvidemos que esta situación puede ser un gran aprendizaje para ellos. Podemos reflexionar acerca de gente que se destaca o se ha destacado. Tal vez algún físico, un cantante exitoso o un empresario. Seguramente se distinguen por su talento, su pasión y su dedicación por lo que hacen o hacían. Pero también se destacan por la manera en que identifican, enfrentan y manejan sus debilidades, y cómo actúan frente a los obstáculos o los desafíos.