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El árbol más antiguo plantado por el hombre tiene una importancia sagrada

La higuera sagrada de Anuradhapura, llevada hace 2.300 años desde la India y plantada en Sri Lanka, tiene una importancia vital para los budistas.

Una higuera sagrada (Ficus religiosa) se despliega, gigantesca, como una flor de loto en todas direcciones. Está protegida per un plinto de un par de metros de altura y una cerca de color dorado. Para los pueblos asiáticos, esa especie de árbol ha tenido siempre un significado sagrado, pero este ejemplar en concreto, lo es más que ningún otro.

Se encuentra en el interior del complejo arqueológico y religioso de Anuradhapura, en el norte de Sri Lanka, y es un esqueje llevado hace 2.300 años del “árbol padre” que vivía en Bodh Gaya (India). Es el árbol más antiguo plantado por seres humanos del cual se tiene documentación escrita, y tiene una importancia vital para los budistas de todo el mundo.

Cuenta la historia que Siddharta Gautama alcanzó la Iluminación en la citada localidad india cuando se sentó a la sombra de una higuera sagrada y, apoyando la espalda en su tronco, advirtió que la clave de todo en esta vida es el sufrimiento y el camino para eliminarlo.

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El árbol original murió hace mucho –aunque en Bodh Gaya se siguen venerando algunos de sus descendientes–, pero el que se encuentra en Anuradhapura es un esqueje de la rama más meridional del original que uno de los hijos del emperador Ashoka llevó a la isla srilanquesa en 288 a.C. para plantarlo en su emplazamiento actual.

Con el paso de les milenios, el árbol ha adquirido unas proporciones gigantescas. Se expande en todas direcciones, superando sus ramas los 119 metros en sentido norte-sur y 84 en el este-oeste del cercado que debe protegerlo.

Desde la estación de ferrocarril de Anuradhapura hay un placentero paseo de un kilómetro hasta el pie del árbol, que está siempre repleto de monjes orando y encendiendo lamparillas votivas. En origen, el sagrado Jaya Sri Maha Bodhi (así se llama el árbol) era rodeado por antorchas, pero con otro fin: evitar que los elefantes acudieran a rascarse en él y pudieran derribarlo.

Formando parte del complejo declarado por la Unesco patrimonio de la humanidad, el árbol Bodhi ve pasar los siglos impertérrito y en buen estado de salud. Cada día acuden peregrinos a pedir por la salud de sus hijos no natos, y los fieles recogen con devoción las bonitas hojas caídas con forma de corazón que tienen propiedades medicinales y se creen portadoras de buena suerte.

Con una historia tan dilatada, el árbol Bodhi no ha estado exento de incidentes que han puesto en peligro su vida. En 1909 y 1911, fuertes temporales de viento hicieron temer que acabaría arrancado. Veinte años más tarde, un enfadado infiel cortó una de sus ramas con un serrucho, aunque se pudo evitar que siguiera con la tala.

En 1985 tuvo lugar el más terrible de los episodios registrados hasta el momento: guerrilleros tamiles de los Tigres del Eelam penetraron en el recinto y en la misma base del árbol sagrado asesinaron a 146 personas.

La guerra ha terminado en Sri Lanka y el ambiente en torno al árbol más antiguo plantado por manos humanas es relajado, aunque a la entrada del parque hay livianos controles de seguridad por parte de miembros del ejército. La pequeña molestia vale la pena, por ver a este ejemplar venerable, que contiene la misma madera sobre la que el buda apoyó su espalda para encontrar uno de los caminos filosóficos más difundidos de la historia.

Sergi Ramis / La Vanguardia