A la primera que atacó fue a Juana, la mamá de los Maguna. Con ella tenía una obsesión particular. "Le dijo vieja de m... y le dio dos disparos", recordó. Después de eso siguieron segundos de miedo, confusión y muerte. "Le estaba pegando a mi hija y la quise defender". Eso le costó los dos primeros disparos que la tiraron al piso. Ya herida e indefensa, le disparó otras tres veces. "Él mató a mi hijo", sostuvo con firmeza y se lamentó: "Un instante antes mi hijo se movía adentro mío". Mateo murió y en su lugar convive a partir de ese momento con un dolor desgarrador. Ese dolor es el que la lleva a exigir justicia y pedir que lo trasladen a una cárcel común. "Nosotros no tuvimos privilegios", manifestó. "Mató a sangre fría y arruinó a muchas familias". Para Lloret el asesino siempre había mostrado un carácter posesivo pero descartó rotundamente que estuviera loco. "Es mentira que se quiere matar". Fuente: TN