“Los cocktails que más salen son hechos a base de ananá, que es la fruta relacionada a la hospitalidad y el recibimiento”, cuenta Gastón De Genaro, bartender del ‘Tiki Bar’, ubicado en el parador Mute: “El único bar que está sobre la playa”, asegura.Allí todo es hawaiano, con collares de flores y música de fondo. “Este tipo de tragos tiene su origen en los países tropicales donde se practica el surf, como la Polinesia y Australia”, explica mientras prepara uno de los tragos del momento llamado Black Bart, que tiene ron, jugo de ananá, almibar, gotas de aniz y cerveza negra ¿El precio? 80 pesos.Los balnearios también se suman a la movida. Uno de ellos es Honu Beach, que hasta el nombre tiene relación con Hawai: “Honu significa ‘tortuga’ en aquella ciudad, una especie marina que habita esa región que viaja miles de leguas cada año, a lo largo de toda su vida, para anidar en el mismo sitio cada vez. Yo soy así, viajo por todos lados, pero siempre vuelvo”, dice Gsutavo Mondo, uno de los dueños.Su balneario tiene escuela de surf y ofrece guarums, una especie de cabaña abierta de madera sobre la arena. A pesar de que el parador ya tiene algunos años, Gustavo opina que es real el incremento de la tendencia: “Creo que eso está acompañado por la cantidad de fanáticos que sumó el surf, ayudó mucho a que todo el estilo hawaiano por ejemplo crezca también”.