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Te presentamos el proceso para la fabricación de un reloj suizo

El prestigio de los relojes suizos se remonta a casi medio milenio atrás. Caracterizados por la precisión, la singularidad, la innovación o la calidad, estos relojes han permitido a Suiza mantenerse en la excelencia del desarrollo.

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El proceso creativo que hay detrás de cada pieza es bien conocido Maurice Lacroix. Todo su esfuerzo da como resultado piezas exclusivas en las que se cuida hasta el más mínimo detalle. El lujo de los relojes Maurice Lacroix se corrobora con los 11 Premios Red Dot y el Grand Prix d’Horlogerie de Genève, convertida en una de las casas relojeras más premiadas de la historia.

 

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Para conocer en profundidad el proceso de creación de un reloj suizo como un Maurice Lacroix, David Sánchez, Product Director de la marca, revela cómo se fabrican cada una de las piezas en siete pasos.

 

EL EQUIPO

 

Más de 20 personas forman el equipo de profesionales que elaboran las piezas de estos relojes. Entre ellos se encuentran diseñadores, prototipistas, constructores técnicos e ingenieros. Lo más importante es cuidar cada detalle del producto, por ello se cuenta con el mejor personal.

 

PRIMEROS PASOS

 

El proceso creativo llega a convertirse en una verdadera aventura. Principalmente se debe pensar en una idea que responda a la dirección de la marca, y a la vez debe cubrir las necesidades del mercado.

 

PROCESO DE DISEÑO

 

Antes de iniciar cualquier idea, se dibujan bocetos a mano sobre papel. Si se confía en el producto, se trasladarán los dibujos estéticos a planos técnicos, es una fase de máxima relevancia bajo la responsabilidad de constructores técnicos e ingenieros. El siguiente paso es lanzar los primeros prototipos utilizando impresoras 3D, volviendo al diseño y a las etapas de construcción técnica en el caso de que el resultado no sea el deseado y se quiera perfeccionar.

 

TIEMPO

 

Detrás de cada una de las piezas hay un largo periodo de tiempo que puede variar desde los 12 hasta los 18 meses entre el primer dibujo y la entrega del reloj al cliente final. Aquellas colecciones de alta gama, como por ejemplo el modelo Masterpiece de Maurice Lacroix, pueden llegar a necesitar hasta 24 meses para su elaboración. El tiempo y la pasión son esenciales para crear piezas únicas.

 

LA MANUFACTURA

 

El movimiento de base que equipa a todos los modelos Masterpiece tiene 180 componentes. Y cada uno de ellos ha sido íntegramente elaborado y terminando en su fábrica. En el proceso de manufactura de los relojes hay que tener en cuenta muchos detalles. Solamente para la producción de una esfera se necesitan unas 30 operaciones industriales distintas. Asimismo, se realizan controles en cada una de las etapas, para ayudar a obtener resultados magníficos.

 

AUTOEXIGENCIA

 

Al vigilar de muy cerca los resultados se consigue cumplir las altas exigencias de los clientes. Se establecen controles muy rigurosos en cuanto a los componentes y los ensamblajes. La máxima calidad se garantiza al respetar estrictamente los estándares de la alta relojería suiza.

 

CONTROLES DE CALIDAD

 

Un equipo interno se encarga de verificar la seguridad y la calidad de cada reloj, como la resistencia a choques, reserva de marcha en 5 posiciones diferentes, estanqueidad o envejecimiento de los componentes, entre otros muchos aspectos.