Irina debe demostrar con pruebas que su versión es verídica. Por el momento, sostiene una fuerte acusación por la muerte de su primogénito quien fue abandonado en un tacho con agua de 20 litros. El resultado de la autopsia es crucial para determinar si la joven miente cuando cuenta su historia. Ella le dijo a su defensa que “el niño nació muerto”, que “ella no es una asesina”, que se “asustó” cuando no lo vio respirar y que “no se acuerda más nada”.
San Juan 8 > Primicias