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Tras la explosión en la bodega de Pocito, una joven pide ayuda para afrontar sus tratamientos

En el 2013 un tanque de una bodega de la villa Paolini explotó y produjo un derrame de anhídrido sulfuroso. Rocío Galleguilo quedó con serias secuelas por la explosión. No puede hablar, hace poco que retomó los estudios. En la imagen se ve a Rocío pocos días antes del accidente que cambió su vida. 

El 23 de febrero de 2013 le cambió la vida a Rocío Galleguillo, tenía 19 años, estudiaba, trabajaba y compartía sus días junto a su familia en una casa de la villa Paolini en Pocito. Toda esta vida se vio destruida tras una grave explosión en una bodega que queda enfrente de la casa de la joven. 

Es que ese día un tanque de la bodega Cooperativa Andina explotó y produjo un derrame de anhídrido sulfuroso que afectó a decenas de personas de las casas cercanas. Rocío fue una de las que recibió lesiones de mayor gravedad. 

La traquea de esta joven tuvo un daño muy grande que no se pudo solucionar a pesar de las múltiples cirugías y tratamientos. 

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Hoy, dos años después de la explosión, la joven se ve obligada a utilizar cánulas y filtros que la ayudan a respirar, pero que también le han quitado por completo la posibilidad de hablar. 

Como las secuelas del accidente son invalidantes, la chica recibió un certificado de discapacidad y cobra una pequeña pensión, pero este dinero no alcanza para costear los gastos de cánulas y filtros.

Tamara, hermana de Rocío, contó que la familia se ve obligada a comprar todos estos elementos porque la obra social PROFE no le da cobertura o si los entrega lo hace a destiempo. "Rocío necesita cambiar el filtro con regularidad, especialmente durante los días con viento ya que esto le impide la respiración. Lo único que pedimos es que la obra social dé cobertura como corresponde", aseguró Tamara. 

Un tema aparta y muy conflictivo para la familia es que siguen viviendo frente a la bodega en donde se produjo la explosión. "Es muy difícil vivir acá porque a diario vemos que la bodega volvió a trabajar y que a nosotros nos cambió la vida para siempre", concluyó Tamara.