Tal es el caso del SIMEX, una actividad que se realizará el 21, 22 y 23 de noviembre y que culminará con un gran simulacro de sismo.
Sin embargo, en el momento en el que se produce un sismo, logramos entender que el susto, en algunas personas, puede más. Que el instinto de correr debe ser aplacado por el razonamiento y el pensamiento que nos trae los pasos que aprendidos a seguir.
Hoy no tuvimos que lamentar víctimas gracias a las construcciones sismorresistentes . Pero la viveza de algunos estuvo a la orden del día. De esos que se tomaron el tiempo de escribir falsas cadenas de whatsapp, advirtiendo que habría un terremoto de 8° a las 21. Esos que quizá no dimensionaron que un chiste podría provocar pánico generalizado.
Nos falta aprender. Quizá las recomendaciones de cómo cuidarnos y cómo evacuar un lugar las tenemos claras. Seguiremos percibiendo temblores, y nos pondremos en alerta para protegernos. Pero sin dudas continuaremos repitiendo, cuantas veces haga falta, que los sismos no pueden predecirse, que no son como el pronóstico del tiempo y que en casos como el de hoy es importante mantener la calma, ser solidarios y cuidarnos entre todos.