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Reconocieron a los efectivos que le salvaron la vida a un bebé que estaba ahogado

Cinco policiales fueron destacados por los vecinos del barrio Udap a un mes y medio de salvarle la vida a un recién nacido. Los agentes recibieron libros y llaveros del Arcángel San Miguel.

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Durante la tarde del jueves cinco efectivos que le salvaron la vida a un bebé de apenas de cuatro días que estaba ahogado fueron reconocidos por un grupo de vecinos de Rivadavia.

Rolando Navas, Tatiana Mena, Esteban José, Yésica Varela y la agente Ramos recibieron libros y unos llaveros del Árcangel San Miguel por haber ayudado a Benjamín que estaba ahogado y no reaccionaba y ante el pedido de ayuda por parte de la madre los agentes le salvaron la vida.

Este hecho fue reconocido por los vecinos del barrio Udap 3 de Rivadavia y en el acto participaron los agentes reconocidos, los padres de Benjamin y autoridades policiales.

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Un milagro en manos de cinco policías

La desesperación y el llanto, los gritos desgarradores de una madre que llegó con su bebé de 4 días en sus brazos casi sin vida al puesto policial que queda en el corazón del barrio UDAP. No había forma de volverlo a la vida luego de que la criatura se ahogara con la leche mientras se alimentaba de su mamá.

Los efectivos del puesto pidieron ayuda a los policías que estaban en la comisaría 25° de la zona. El cabo Rolando Navas y Tatiana Mena no lo dudaron en correr por el pedido de auxilio. El tiempo pasaba y la desesperanza era cada vez mayor. La agente llamó a los paramédicos quienes le iban señalando lo que debía hacer, al teléfono.

Tatiana le comunicaba todos los procedimientos a Navas, quien resolvió con sus propias manos lo que -hasta ese momento -era inevitable. Así fue como con ejercicios cardiopulmonares volvieron a darle vida y hasta le sacaron una sonrisa a Benjamín. La desolación que hubo en el lugar entre los vecinos y los familiares del pequeño, el que fue controlado por el efectivo de GAM José Esteban, se convirtió en alegría desbordante. Un milagro en manos de la Policía, el cual hoy aplaudimos de pie.