Rocío Galleguillo hace cuatro años fue víctima de una fuerte explosión de una fábrica que se encontraba ubicada justo enfrente de su casa en Pocito. El fuerte estallido generó que la sustancia de anhídrido sulfuroso le afectara sus cuerdas vocales y luego de varias cirugías perdió la voz.
La joven desde ese momento comenzó a recibir medicamentos mensualmente a través del Ministerio de Desarrollo Humano y Social.