Al desagregar el relevamiento, del total de niños afectados el 26% no se realizó controles médicospreventivos y casi la mitad no concurrió al dentista. Reveló, además, que la pobreza directa, que se calcula a través del índice de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), presenta un déficit de tipo estructural estimado en el 26,2%.Asimismo, determinó que el 21,5% de la infancia y adolescencia pertenece a hogares que tienen dificultades económicas para acceder a los alimentos, y el 8,4% de este grupo registra privaciones alimentarias graves.Desde la UCA destacaron que hubo avances en políticas para erradicar el trabajo infantil, pero estimó que un 14,2% de los niños entre 5 y 17 años realizaba en 2014 algún trabajo en el espacio doméstico o en el mercado. Asimismo, precisó que la propensión al trabajo se duplica en la población de niños y adolescentes que no estudian o que están estudiando pero con sobreedad.El informe precisó también que entre 2010 y 2014 se registró una merma del trabajo en actividades domésticas intensivas y en trabajos económicos en el mercado en alrededor de 6 puntos porcentuales. Otro de los puntos observados por el informe es la educación. Allí, solo nueve de cada diez chicos no asiste a jornada completa. Y a pesar de los planes oficiales para facilitar el acceso a las nuevas tecnologías, el 41% de los chicos de entre 6 y 12 años no aprende computación.Además, el 37% de los menores incluidos en ese rango aseguró no tener enseñanza de algún tipo de idioma extranjero y el 19% no cuenta con clases de educación física, plástica o música en sus colegios.El trabajo destaca la mayor inclusión educativa, pero advierte que "es un desafío terminar la escuela secundaria" y "mejorar la calidad de las ofertas educativas, procurando alcanzar mayor equidad en las estructuras de oportunidades".La coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, Ianina Tuñón, destacó en la presentación que "la Asignación Universal por Hijo (AUH), que representa para los hogares un ingreso monetario por cada niño menor de 18 años que cumpla con la condicionalidad de estudiar, ha tenido un efecto en la merma del trabajo en actividades económicas". "Sin embargo, ello es menor a lo esperado. Sin duda, un determinante muy importante del trabajo infantil es la situación sociocupacional de los adultos", sostuvo.La socióloga afirmó que "el desafío de inclusión laboral en condiciones de formalidad es preeminente si se considera que el 35,6% de la infancia en la Argentina se encuentra cubierta por el sistema de AUH u otros planes sociales".