Con los años, se sumaron conitos de dulce de leche, bizcochitos de grasa, los tamaño mini. La empresa, que ya se llamaba Jorgito, tuvo que hacer frente a la embestida del chocoarroz, las barritas de cereales y las líneas premium. Pero el Jorgito tenía algo que lo hacía especial: sabor a infancia.“Día triste para la familia Guaymallén. Nos dejó José Fernández”, escribió en su twitter Hugo Basillota, su archienemigo en la guerra de los alfajores, el dueño de los Guaymallén. En los avisos fúnebres también pidieron una oración Luis y Alfredo Pagani, dueños de Arcor.El “abuelo Pin” había nacido en 1930. Con Amada, o la “señora Negrita”, tuvieron dos hijos, Cacho y Patricia, cinco nietos y tres bisnietos. Cacho y uno de sus hijos siguieron en Jorgito. Igual que Jesús Antonio, hijo de Amador.Cada año, los argentinos consumen 900 millones de alfajores. Son unos veinte por persona. Unas cien marcas se disputan el mercado. Pero Jorgito se mantuvo en el número tres, fabricando el 14 por ciento de los alfajores que se comen en el país.