En el 31° Encuentro Nacional de Mujeres, sus organizadoras esperan una concurrencia de más de 70 mil personas. Desde hace más de un mes no hay hoteles disponibles en Rosario, donde las escuelas públicas servirán de alojamiento para la enorme cantidad de mujeres que llegarán de todas las provincias y de otros países de la región. La capacidad de la ciudad colapsó para dar cobijo a participantes y nadie duda que la fisonomía de Rosario cambiará totalmente.
Muchas mujeres acuden en el marco de organizaciones sindicales, agrupaciones, o partidos políticos. Pero otras van de manera independiente, o en grupos de amigas.
El encuentro se realiza durante tres días consecutivos. El primero se celebra un acto de apertura y después arrancan los talleres, que son "el corazón", según describen las organizadoras. Habrá debates sobre violencia de género, aborto, trata; pero también sobre también sobre la relación de la mujer con el trabajo la tecnología y la salud. El domingo seguirán los talleres, se elaborarán conclusiones y por la noche se celebrará una peña. La tradicional marcha, que recorrerá las calles y avenidas principales de la ciudad, culminará en el Monumento a la Bandera.
María José Noguera, abogada, tiene 28 años y vive en Belgrano. Este viernes viajará a Rosario con una amiga para participar por segunda vez del Encuentro. La primera fue en Salta, en 2014. "Voy porque es una experiencia que te permite conocer mujeres de todo el país. Es muy instructivo. No es sólo la marcha simbólica de cierre, como se piensa. Lo importante son los talleres sobre la situación de las mujeres, y cada una elige cuál tomar", cuenta a LA NACION.
En Salta, por ejemplo, participó de un taller sobre femicidio. "Yo estoy instruida sobre el tema, incluso tomé clases de Constitucionalidad y Género en la facultad, pero hay cosas que no se aprenden hasta que no conocés las caras de las mujeres que te cuentan cómo sufrieron que la policía protegiera a los hombres que les pegaban",