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En Mendoza están preocupados por que el exceso de lluvias dañó a los parrales

La abundante humedad podría enfermar a las plantas, por eso ya se están tomando los recaudos necesarios. Esperan que esto no afecte la calidad de los futuros vinos. 

El exceso de lluvias de este año está complicando la situación de la vitivinicultura. “La cosecha 2015 y 2016 se va a ver afectada por el exceso de agua. Por ejemplo, durante toda la semana cayó granizó en el Valle de Uco y el jueves cayó piedra”, dijo Sebastián Lafalla, de la Asociación de Viñateros del Este.

Lafalla considera el 2015 como un año complicado para la vitivinicultura. Sucede que a los problemas que enfrenta el sector por el excedente de vino y las trabas a las importaciones, se suman las complicaciones climáticas. “El año viene complicado, el agua provoca alta humedad y favorece la aparición de hongos. Si sigue lloviendo hasta la época de cosecha, la situación será muy complicada”, advirtió Lafalla.

Así, con diferentes matices, eventos extremos del clima como el fenómeno de El Niño han ido condicionando al sector. 

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“El efecto de El Niño ya se está haciendo sentir”, dijo Lafalla.

La humedad facilita la aparición de peronóspora, oídio y botrytis, que  son una amenaza para la vid y tienen una elevada capacidad destructora. Esta situación provoca un problema adicional, sobre todo, para los pequeños productores. Se incrementan considerablemente los costos de producción de la cosecha, ya que se debe realizar deshoje, raleos y, muchas veces, se realizan tratamientos que son lavados por la lluvia al poco tiempo de ser aplicados.

La ingeniera agrónoma Nadya Calderón explicó a Diario UNO que una de las complicaciones que provoca el exceso de humedad es que obliga a los productores a hacer los tratamientos fitosanitarios de manera más regulares.

“Ante esta situación hay productores que pueden hacer los tratamientos y otros que no”, aseguró Calderón.

Para Juan Carlos Pina, director ejecutivo de Bodegas de Argentina, sería una exageración a esta altura del año decir que el exceso de agua afectará la calidad de los vinos. 

“Es verdad que este año ha llovido más de lo habitual, pero tenemos la ventaja de contar con excelentes páginas meteorológicas que le permiten a los ingenieros agrónomos conocer con anticipación cuándo lloverá y eso les facilita las tareas al momento de planificar las curaciones”, destacó y ejemplificó: “Lo importante es planificar: no vas a curar la vid un día martes si sabés que el miércoles va a llover”.

Pina asegura que la calidad de los vinos no se verá afectada porque en el sector se están tomando las precauciones necesarias. “Hasta ahora no hay nada que nos indique que se va a ver comprometida la calidad de los vinos”, resaltó.

El ejecutivo apeló a la memoria para quitarle dramatismo a la situación: “Nunca llovió tanto como en 1998 y de eso ya aprendimos. Con la experiencia y la tecnología que hay ahora, nos tiene que ir bien”. 

El Niño se hace sentir en Cuyo 

El Niño es un fenómeno natural resultado de la interacción entre el Océano y la atmósfera en las zonas oriental y central del Pacífico ecuatorial.

Habitualmente, los episodios de El Niño se intensifican a finales del año y alcanzan su fase máxima entre octubre y enero del año siguiente, aunque es frecuente que persistan hasta bien entrado el primer trimestre antes de empezar a debilitarse.

Una de sus consecuencias es el debilitamiento del Anticiclón del Pacífico, lo cual provoca abundantes precipitaciones. 

En la zona central de Ecuador y Perú, El Niño ya provocó un nivel de precipitaciones más de diez veces superior a la normal.

En parte de la región de Cuyo este fenómeno está provocando  precipitaciones superiores a lo habitual, aunque muy irregulares en su distribución, tanto en el espacio como en el tiempo.

Por Adrián Giunta / Diario Uno