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Contradicciones K: se producen cada vez más autos y menos naftas

Se refina menos crudo y hay 3,4 millones de vehículos más que en 2000. El Gobierno incentiva la compra de autos, pero no las inversiones en combustibles.

El crecimiento del parque automotor, acelerado por el boom que fogonea el Gobierno, pone en jaque los precios bajos de los combustibles que acompañaron las dos administraciones kirchneristas. Una casi nula inversión en capacidad de refinación, que las petroleras achacan a la política oficial de precios, hizo que la producción de carburantes perdiera terreno frente a la mayor cantidad de vehículos que se venden en la Argentina.

Y continuará a todo vapor durante el año que comienza. El Gobierno se ilusiona con un nuevo récord de ventas y estima en 28% el crecimiento de los patentamientos durante el primer mes del año. La ministra de Industria, Débora Giorgi, celebró datos de la Asociación de Concesionarios de Autos de la República Argentina que prevén no menos de 100 mil patentamientos en enero y más de 700 mil en todo 2011.

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Las colas de autos intentando llenar sus tanques fueron una verdadera postal del final del 2010. El cuello de botella fue el resultado de un paro que restó producción de crudo y tuvo a las refinerías trabajando por debajo de su capacidad. Además, en el inicio de la temporada de vacaciones conspiraron para generar temor de faltantes entre los consumidores, espiralizando la demanda. Según el economista Miguel Bein, en los últimos días del año que terminó, la demanda de combustibles creció entre 13 y 14% “porque la gente adelanta consumo”.

Pero más allá del episodio puntual la faltante responde a una dinámica estructural del mercado energético con precios “pisados” mediante retenciones a las exportaciones y el monitoreo constante del secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

Entre los años 2000 y 2009, la producción de naftas en las refinerías argentinas cayó un 15,2% por ciento, y la de gasoil un 2,48%. Mientras tanto, la cantidad de automóviles que circulan en el país saltó de 6,6 millones en el año 2000, a 10,07 millones al cierre del año 2010, según estimaciones de la consultora Abeceb.com.

Como resultado de este desfasaje entre la capacidad de refinación y el volumen del parque automotor, la demanda de naftas creció un 19,8% en la década, según la Secretaría de Energía.

La demanda no sólo aumentó sino que cambio su naturaleza. Se afirma desde las petroleras que ello explica en parte la caída de producción. “Prácticamente desapareció la demanda de nafta común; se consume más nafta súper y apareció la demanda de nafta ultra”, explicaron en el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG). Además, el crecimiento del parque de autos impulsados a gasoil y a GNC también ayudó a que los cuellos de botella en las estaciones de servicio no fueran más frecuentes.

Fuente: Perfil