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En Porto Alegre, Central un golpe gigante que fortalece la ilusión copera

La puesta en escena fue perfecta. Quizás no lució plenamente, pero planteó un partido basado en el sacrificio y en lo táctico. Se la hizo difícil al tricolor y se quedó con tres puntos que cotizan alto.

Ovación / En Porto Alegre.- Fue inteligente, dio el golpe justo, lo defendió y se llevó una victoria inmensa como el mismísimo Arena do Gremio. Central se quedó con el primer duelo de octavos de visitante y ahora irá en busca del pase a cuartos de final de la Libertadores el jueves próximo, en Arroyito. Tendrá una ventaja mínima, aunque valiosa porque definirá en casa y con el respaldo de su gente. Doblegó a un conjunto copero como Gremio, que desparramó todas sus dudas frente a su gente y hasta se fue abucheado.

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Lo más valioso para la Chachoneta, que venía de protagonizar un clásico opaco, es que supo enredarlo en una telaraña táctica para amordazar a Gremio, que nunca apareció y por eso tampoco logró llegar con peligro claro al arco de Sosa.

La apuesta inicial estuvo en el orden táctico, bien parado en la zona media para jugar lejos del arco de Sosa. Tratando de imponer además lo de siempre, una presión intensa para obligar al error del rival. Y llegó a los 13' cuando una pelota voló dentro del área, los centrales no pudieron despejar y se la dejaron servida para que Ruben dejara en claro por qué es goleador. Mostró su poderío en la primera acción y golpeó a Gremio. Lo llenó de dudas en un estadio que no lució colmado, pero sí ansioso de tener la fiesta en casa.

 

Empujado por su gente y herido en el alma, el tricolor buscó transitar el camino hacia Sosa. Y a los 16', tras una buena acción combinada, Giuliano quedó de cara al gol y el uno canalla apareció justo despejando con el pie. Otra vez el arquero comenzaba a entregar seguridad (como lo hizo el domingo en el Parque) bajo los tres palos y volvía a ser una pieza clave en la búsqueda por llevarse algo de esta ciudad.

 

Central se mostraba expeditivo. Con todos los jugadores con el overol puesto para trabajar en la iniciativa de evitar que Gremio sacara fuerzas y cambiara el destino del partido. Ruben y Herrera chocaban con todos y ensuciaban la salida. Los volantes mordían en todos los sectores al igual que el fondo canalla. Y así a Gremio le costaba entrarle. Recién sobre el final del primer capítulo de esta historia de octavos, Miller Bolaños apareció como un fantasma en el borde del área menor, Sosa achicó y la pelota terminó en la platea. Fue la segunda chance clarita para el anfitrión.

 

El Canalla no se quedó y contestó con una maniobra personal de Ruben, quien vio adelantado a Grohe, le tiró un globo y la pelota caprichosa rebotó en el travesaño.

 

No hubo acción en el complemento. Central les cerró todos los caminos a un Gremio que intentó salvar su vergüenza deportiva al menos con un empate. Ni siquiera se arrimó con cierto peligro a Sosa, apenas con un cabezazo de Bobó que desactivó el guardavalla.

 

La puesta en escena de Central fue perfecta. Quizás no lució plenamente, pero planteó un partido basado en el sacrificio y en lo táctico. Se la hizo difícil de visitante al tricolor y se quedó con tres puntos que cotizan alto en la búsqueda del pasaporte a los cuartos de final. Quedó a tiro, a sólo noventa minutos de lograr esta meta a corto plazo. Anoche dio el golpe para fortalecer la lusión. Y eso no es poca cosa.