En la actualidad Sabratha tiene tan solo nueve mil habitantes y es conocida por su principal monumento: el anfiteatro que en una época atraía turistas de todas partes del mundo. Pero además de su anfiteatro, Sabratha esconde ruinas y templos antiguos dedicados a los dioses Liber (de la vitinicultura), Serapis (greco-egipcio) e, irónicamente, a la diosa Isis, de tradición egipcia. También pueden encontrarse allí restos del Templo de Hércules, los baños oceánicos y el capitolio, entre otros tantos.Ahora, el temor de los arqueólogos es que ISIS haga explotar ese patrimonio mundial como hizo en diferentes puntos históricos de Siria, donde en Palmira -por ejemplo- hizo detonar explosivos contra templos, anfiteatros, columnas y esculturas a los que los fanáticos islámicos consideran "falsos ídolos".