La guerra en si misma es un hecho cruel y repudiable. Pero si al terror que genera la muerte se le agrega la perversión de posar sonriente para una foto cerca de cadáveres, se puede afirmar que esa acción denigra la condición humana. Eso fue lo que hizo una periodista siria, cercana al régimen de Bashar al Assad: se sacó una “selfie” rodeada de cuerpos sin vidas de supuestos rebeldes después de una operación militar y la subió las redes sociales, lo que generó un gran escándalo.
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