Existen cuatro formas en las que el trastorno bipolar puede presentarse: trastorno bipolar I: (episodios maníacos que duran al menos 1 semana o episodios depresivos a menudo de 2 semanas de duración); trastorno bipolar II (episodios depresivos y episodios de hipomanía); trastorno bipolar no especificado (hay síntomas bipolares, pero no se ajustan a los criterios anteriores); trastorno ciclotímico (episodios de hipomanía y depresión leve durante al menos 2 años pero sin cumplir los requisitos de los anteriores).
Los síntomas del trastorno bipolar producen un efecto devastador en la vida cotidiana, ya sea a nivel laboral, personal... Como comparte síntomas con la esquizofrenia y otros trastornos de la personalidad, diagnosticar acertadamente un trastorno bipolar no es sencillo. Realizar escáneres cerebrales, análisis de sangre o exploraciones externas, solo sirven para descartar otras patologías pero no para acertar en el diagnóstico, por lo que era necesario encontrar algo más.
Así, una investigación llevada a cabo por la Clínica Mayo (EE.UU.) analizaron 272 proteínas diferentes en la sangre de 288 pacientes (174 con trastorno bipolar y 141 individuos como grupo de control), consiguiendo identificar que 73 de las proteínas medidas difirieron entre los cuatro grupos de estudio y 6 de ellas resultaron significativamente diferentes entre el trastorno bipolar y el grupo control.
A pesar de que la muestra es pequeña, su resolución abre la esperanza a un diagnóstico mucho más rápido y preciso, puesto que, aunque no exista una cura para el trastorno bipolar, muchas personas sí responden bien al tratamiento.
“El potencial de tener una prueba biológica para ayudar a diagnosticar con precisión el trastorno bipolar establecería una gran paso en la práctica médica. Ayudaría a los médicos a elegir el tratamiento más adecuado para los individuos difíciles de diagnosticar”, explica Mark Frye, líder del estudio.
Fuente: muyinteresante