“A partir de los 40 años es muy importante que la mujer cuide su lubricación y, mientras más pronto lo haga, mejor, pues así evitará tratamientos más radicales y atrofia vaginal. En los casos avanzados se recomienda un tratamiento con plasma rico en plaquetas. Este consiste en sacar una muestra de sangre y someterla a un proceso de centrifugación, en el cual se dividen los componentes de la sangre y se obtiene el líquido plasmático. Este tiene plaquetas y factores de crecimiento que van a provocar una epitelización de la vagina (acción natural de curación, el epitelio crece sobre una herida)”, explica la ginecóloga Jeanette Marchena, de la clínica Concebir.
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