Y sin embargo sí, Cerro encontró razones para soñar. Las encontró, fundamentalmente, en el sector derecho de la defensa de Boca, donde Jara dejó espacios evidentes y mostró falencias para la marca. Por allí llegó el empate, también rápido, a los 12: Leal desbordó, envió el centro y Rodrigo Rojas marcó el 1 a 1.En el marco de un típico partido de Copa, enredado, poco claro; y una paridad también favorecida por el estado calamitoso del campo de juego (mucha arena, a tono de las denuncias unánimes de los futbolistas sobre una pelota que parece de 'voley playero'); las emociones llegaron por una carencia coincidente: defensas flojas.No le alcanzó a Boca con el esfuerzo de 'Cata' Díaz e Insaurralde para cubrir los errores de Jara y de Erbes en el medio: Cerro se acercó con peligro un par de veces y estuvo a tiro del 2 a 1 que llevaba la definición a los penales. A los 28, de hecho, Domínguez estrelló un remate en el palo izquierdo del arco de Orión.Y tampoco le alcanzó con los destellos de Tevez o el buen partido de Carrizo para generar riesgo en el otro arco, con lo que la igualdad con la que llegó al descanso le preservó la ventaja del choque de ida y terminó siendo buen negocio.Los primeros 20 minutos del complemento construyeron el mejor pasaje del partido con dos abanderados: Tevez de un lado y Cecilio Domínguez del otro. Y hubo ocasiones de gol en ambos arcos. Orión tuvo algunas intervenciones notables (tiro libre de Leal, mano a mano con Domínguez, remate de Rojas); y no tanto los méritos de Silva sino errores en la definición le negaron la ventaja a Boca.Así fue hasta que apareció Tevez. A los 27m, el 'Apache' construyó una buena jugada invidivual y habilitó a Pavón para, ahora sí, el 2 a 1. Con ello se fue el partido. Cerro Porteño ya no tuvo fuerzas para dar vuelta la historia y Boca, como broche, amplió el marcador al 3 a 1 con un gol de Pablo Pérez, una caricia ante tanto cuestionamiento.Boca cosechó su triunfo 140 en la historia de la Copa y volvió a meterse entre los ocho mejores del continente después de tres años. Y ahora, más allá de la preocupación que le dejó el aspecto defensivo de su juego, va por más. Diario Uno