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Liniers recibió a miles de devotos que esperan por la fiesta de San Cayetano

El santuario abrirá sus puertas desde las 00hs para que los fieles pidan por pan, trabajo y agradezcan los dones recibidos. 

Miles de peregrinos esperaban este sábado en los alrededores del santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, el inicio de las fiestas patronales en honor del santo de la Providencia, a quien a partir de las cero horas del domingo le pedirán pan, trabajo y agradecerán los dones recibidos.

La festividad en el templo de Cuzco 150, donde el papa Francisco fue peregrino, lleva por lema "San Cayetano necesitamos tu abrazo de amor para seguir caminando", según destacó la agencia Aica.

En tanto mañana la misa central, a las 11:00, será presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Mario Aurelio Poli.

Las puertas del santuario serán abiertas a la hora cero por el obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal de la Zona Devoto, monseñor Juan Carlos Ares, quien tras impartir la bendición dará paso a los devotos.

A partir de las 4:00 y hasta las 11:00 se oficiarán misas a cada hora, y entre las 13:00 y las 23:00, cada dos, en el altar levantado sobre la calle Cuzco.

Al finalizar la celebración eucarística central, el cardenal Poli saludará a los peregrinos que como es habitual harán dos largas filas para unos tocar el vidrio que protege la imagen del santo y otros verlo de lejos.

El papa Francisco recordó en un mensaje que envió especialmente "conmovido" los 7 de agosto en Buenos Aires, principalmente la celebración que solía presidir en el santuario de San Cayetano de Liniers.

Por este motivo remitió su saludo y bendición "a tantos hombres y mujeres que se congregarán en los diversos templos del país dedicados al santo para pedir pan y trabajo o para agradecer el hecho de que no les falte".

"Saludar, escuchar, acompañar la fe de ese pueblo sencillo... y tantas veces, ante la angustia de hombres y mujeres que quieren y buscan trabajo y no encuentran, sólo atinaba a un apretón de manos, una caricia, mirar esos ojos humedecidos de dolor, y llorar dentro. Llorar sí, porque es duro cruzar tu vida con un padre de familia que quiere trabajar y no tiene posibilidad de lograrlo", subrayó.