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La increíble historia de siete hermanos encerrados durante 14 años

Ellos vivieron virtualmente aislados del mundo en un departamento en Nueva York. El carcelero era su papá. No te pierdas esta terrible historia. 

Durante 14 años siete hermanos vivieron virtualmente aislados del mundo en un departamento en Nueva York. Su único contacto con el exterior era la vista desde una ventana en el piso 13 de su casa. El carcelero era su padre, Oscar, quien decidió encerrar a toda su familia y separarla de la sociedad. Las cosas cambiaron cuando los niños se convirtieron en adolescentes.

En el medio hay una historia de encierro de siete hermanos -seis varones y una nena- que jamás fueron al colegio y cuya su madre era la fuente total de conocimiento. Ella los educó y les describió el mundo que había más allá de cuatro paredes. Pero si bien los hijos debían seguir las estrictas reglas de su padre. Para ella, las reglas eran aún peor. Y no tenía control sobre lo que el padre dictaba.

Oscar, que tenía la única llave de la puerta del departamento, rara vez permitía que los seis varones salieran solos. La hermana y la madre jamás salieron. Nunca.

Las películas, cientos de películas, se conviertieron en el mundo paralelo y el pasatiempo de estos hermanos. Se volcaron al cine, con la colección de videos de su padre. Y aprendieron y recrearon cada unos de los films que vieron. Desde Batman hasta las sagas de Tarantino.

Eran una tribu encerrada en un departamento. Los niños no podían cortarse el pelo, símbolo de fortaleza. No podía usar ninguna habitación del departamento que colindara con las casas de los vecinos. Los vecinos no debían escuchar. No debían saber. Y los siete hermanos con su madre vivían así hacinados en apenas dos cuartos aptos para usar: una habitación donde dormían casi apilados y un living. De dos baños, sólo podían usar uno.

"Creo que la intención de nuestro padre era protegernos de los peligros y el crimen que él veía en el mundo exterior. Y nunca nos alentaron a comunicarnos con la sociedad", le cuenta Mukunda Angulo a la BBC. "Creyó que podía hacerlo manteniéndonos aislados y apartados de cualquier interacción con el crimen y peligros que estaban ocurriendo en el exterior".

De niños era fácil aceptar las reglas. Pero al despuntar la adolescencia, los chicos quisieron salir.

La historia de estos hermanos llegó a Hollywood, en un documental filmado por la directora nortetamericana Crystal Mosselle. El cortometraje "The Wolfpack", ("Manada de Lobos") se estrenó a principios de año.

Los seis hermanos Angulo, cuyas edades van de los 16 a los 24 años son Bhagavan, Govinda y Narayana (que son gemelos), Mukunda, Krsna, Jagadisa, y la hermana mayor, Visnu -que según se ha dicho- sufre un trastorno genético que afecta el desarrollo.

Son hijos de Oscar, que nació en Perú, y Susanne, quienes se conocieron en Machu Picchu cuando ella, una hippy estadounidense que viajaba por Sudamérica, se encontró con el peruano guía de turistas en la "Montaña Vieja".

En esa época Oscar era seguidor del krishnaismo y por eso todos los hijos tienen nombres sánscritos.

La pareja se estableció en el Lower East Side de Manhattan, Nueva York, en un edificio de viviendas de ayuda social. El jamás trabajó. Y vivían de las ayudas de la ciudad de Nueva York.

Lo que se desprende del documental es que Oscar pensaba que el mundo era potencialmente inseguro y prefería que su familia permaneciera aislada dentro del hogar.

Sólo salían en verano. A veces hubo hasta nueve salidas al año. En otras ocasiones sólo una. Y hubo un año en que no salieron nunca, relata la BBC.

Pero las salidas siempre eran bajo la estricta supervisión del padre. "Para nosotros existía un mundo en el exterior y otro mundo, el de nuestro departamento", agrega el joven.

El cine, sin embargo, fue la conexión que los mantuvo unidos al mundo. Y los hermanos se entretenían "produciendo" sus propias películas, copiando y memorizando diálogos y creando vestuarios y utilerías improvisadas.

"Las películas fueron nuestra ventana al mundo exterior" asegura Mukunda. "Fue una forma de mirar al mundo".

"Pero siempre estuvimos conscientes de la diferencia entre la realidad y la ficción".

"Es decir, las películas nos hicieron conscientes de lo que podía ocurrir en el mundo exterior".

También tenían acceso a los canales de noticieros en TV, "así que también estábamos conscientes de lo que estaba ocurriendo en la vida real y en la actualidad".

Pero los jóvenes se rebelaron y decidieron salir de su encierro. Y en una de las primeras excursiones que hicieron solos al exterior conocieron fortuitamente a Crystal Moselle, quien vió pasar a un grupo de chicos corriendo, uno tras otro y otro y otro.

"Lo que me llamó la atención fue lo increíblemente equilibrados que eran, lo inteligentes y bien educados. Me dijeron que todo se lo debían a su madre, que los había educado", dice Moselle.