Los problemas venían desde temprano, ya que tanto el presidente original de la mesa 499 como su suplente nunca se habían presentado y las autoridades debieron optar por un voluntario. Sin embargo, al nuevo presidente la voluntad le duró poco y pasadas las 11 de la mañana pidió ir al baño y nunca regresó.Ante la sorpresa de los vecinos que esperaban para votar, un militar empezó a pedir a viva voz que alguien más ocupara su puesto. "Necesito una persona que a voluntad quiera ser presidente de mesa. Todos dicen que tienen que trabajar o que no saben leer ni escribir", explicó el efectivo, que estaba de custodia en la escuela.