La medida de fuerza fue anunciada el pasado 12 de enero, horas después de que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, comunicara la liberación de un saldo de tres millones de toneladas de trigo de la reciente cosecha para su exportación. La decisión oficial fue calificada como insuficiente por las patronales rurales, que exigen el levantamiento total de las intervenciones.
Sin embargo, durante la huelga, el Gobierno no dio ninguna señal de que piense introducir cambios en el mercado y, antes bien, tachó al cese de comercialización de "protesta política". Domínguez dijo este viernes que el Gobierno tomó ya "todas las medidas necesarias para defender al productor" y que "no va a entrar en una discusión política" con las patronales.
Los reclamos en torno a la comercialización del trigo se producen en momentos de altos precios internacionales para el cereal y de una cosecha que, según fuentes oficiales y del sector, ascendería a 15 millones de toneladas, frente a las magras 7,5 millones de toneladas de la zafra anterior.
Fuente: Infobae