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Conocé el caso real detrás de la película "El Conjuro 2"

Cuando una película de terror comienza con la frase “Basado en una historia real”, nuestros sentidos se ponen en alerta.

Y aún más cuando la historia incluye exorcismos, demonios y casas poseídas. Fue el caso de ‘The Conjuring’ que en 2013 se convirtió en una de las películas de terror más taquilleras de la historia al contarnos la experiencia que vivió la familia Perron en su hogar de Rhode Island en 1971.

’The Conjuring 2’ (El conjuro 2 en Latinoamérica) llegará a los cines en pocos días dispuesta a aterrorizar a los cinéfilos de todo el mundo.

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Si la primera entrega estaba basada en uno de los casos más aterradores y mediáticos de Ed y Lorraine Warren, los especialistas paranormales más renombrados de EEUU (Ed era demonólogo y su esposa es clarividente y médium), la secuela se traslada hasta Londres para traernos la aterradora historia que sufrió Peggy Hodgson y sus cuatro hijos entre 1977 y 1979. Un caso que tuvo “a la nación hechizada” según el Daily Mail  británico.

El caso

 

Los sucesos comenzaron el 30 de agosto de 1977 en la casa de Margaret y sus cuatro hijos, Peggy (13), Janet (11), Johnny (10) y Billy (7) en la calle Green Street del barrio de Enfield. Al principio sintieron temblores en las camas, golpes en las puertas, sonidos extraños y el movimiento de muebles en la habitación de las niñas. Enseguida llamaron a la policía que fueron testigos del desplazamiento de una silla sin poder explicar cómo había sucedido. Al no poder ayudarles, Margaret Hodgson llamó al periódico The Daily Mirror.

 

Un redactor, reportero y fotógrafo visitaron la casa y tras varias horas esperando ser testigos del fenómeno vieron una pieza de Lego volar por los aires golpeando la frente del fotógrafo. Tras revelar el carrete descubrió un “agujero” en la imagen. Así fue cómo llamaron a la SPR (Sociedad para la Investigación Psíquica) que enviaron a sus investigadores de casos paranormales Maurice Grosse y Guy Lyon Playfair.

Las sospechas

 

La mayoría de los eventos extraños ocurrían en presencia de Janet, un detalle que hacía sospechar sobre la legitimidad de los sucesos. Muchos llegaron a creer que se trataba de bromas de niños orquestadas por ella y su hermana Peggy, especialmente porque cuando Playfair pasó la noche solo en la casa no experimentó ningún suceso extraño. En cambio, cuando enviaron a Peggy a dormir a casa de un vecino, las “travesuras” o “sucesos” se repitieron en ambos sitios.

 

El investigador explicó en su libro ’This House is Haunted: The True Story of a Poltergeist’ (1980), que él también tuvo dudas porque Janet “tenía una mirada traviesa” y “hablaba tan rápido que era difícil comprenderla” pero tras haber “visto incidentes que los niños no podrían haber hecho deliberadamente” decidió creer que efectivamente existía una presencia acechando a la familia.

Otro fotógrafo llamado Melvin Harris recurrió a tomar una serie de imágenes continuadas de la habitación de las niñas dejando la cámara en automático. Así surgió la fotografía más famosa del caso en donde se puede ver a Janet “levitando”. Según Harris se trataba “de un hábil ejercicio de gimnasia” añadiendo que la niña “era una deportista muy destacada en la escuela”. Pero Janet aseguró hace tres años que en ese momento sintió las manos frías y una fuerza levantándola de la cama.

La posesión

 

Al poco tiempo de las primeras manifestaciones, Janet comenzó a emitir “extraños silbidos y curiosos ladridos” que se fueron transformando en palabras y conversaciones de hasta dos horas. Se trataba de una voz áspera que decía llamarse Bill Wilkins y que había muerto de una hemorragia cerebral en la misma casa hacía varios años.Y efectivamente un hombre con ese nombre había muerto de esa manera años atrás.

Cuando estaba poseída, la fuerza de Janet era tal que a los especialistas les costaba sujetarla. La niña pasó seis semanas en el Hospital Maudsley al sur de Londres en donde psiquiatras y doctores le realizaron diferentes estudios físicos y mentales, especialmente en la laringe. Según los expertos, “la voz” era “fácil de provocar e imitar” pero solo durante un corto periodo de tiempo ya que se inflamarían y dañarían las cuerdas vocales y dictaminaron que no era ventrílocua.

 

Pero Janet mantenía conversaciones extensas, casi sin mover los labios y diciendo cosas extrañas y obscenidades. En un momento, como se ilustra en la película, “la voz” salía de Janet incluso cuando tenía la boca llena de agua. Playfair determinó que la entidad diabólica estaba utilizando el cuerpo de la niña para comunicarse. “La voz” en cuestion “apareció” en un programa especial grabado con las niñas a finales de los 70. 

 

Fuente: difundir