Nuestra información privada y personal se podría ver afectada en caso de no tener protegida nuestra red de WiFi. Lo mismo ocurriría con información corporativa y confidencial en el caso de una compañía.Según explica el video, el mayor de los riesgos que se pueden evitar es que un desconocido utilice nuestra red para realizar un ataque. Un eventual ataque cibernético puede tener como objetivo, por ejemplo, la red de una empresa y su información corporativa.Este tipo de delitos tienen importantes consecuencias. El Código Penal prevé penas de reclusión de entre seis meses y tres años. En caso de que salga a la luz este acto delictivo, el verdadero usuario de la red hackeada debe dar cuenta de su inocencia.Para evitar este tipo de contratiempos, la OSI enumera una serie de pasos sobre cómo proteger nuestra red: cambiar el usuario por defecto para la administración del router; utilizar una contraseña robusta; elegir cifrado WPA2; configurar filtrado de MACs para controlar quién se puede conectar.¿Cómo nos damos cuenta de la presencia de un hacker? Cuando la conexión comienza a ralentizarse es una señal de alarma. A su vez, si páginas con una alta disponibilidad de servicios, como Google, nos da "error", es otro indicio. "Además, si no tienes ningún dispositivo conectado y el router parpadea mucho, preocúpate", explicó Marco Gómez, subdirector de operaciones de INCIBE.