Las fuerzas de seguridad cerraron las salidas de la ciudad e iniciaron una operación de búsqueda de los asaltantes, aunque se desconoce por el momento la causa del ataque.En el transcurso de su operación, un atacante suicida hizo explotar el cinturón de explosivos que llevaba adosado al cuerpo contra las fuerzas de seguridad iraquíes.Al menos dos policías murieron en la explosión, así como dos miembros de la Multitud Popular, milicia chiita progubernamental, dijo la fuente a la agencia de noticias EFE.La agencia de noticias Al Amaq, que apoya al EI, aseguró que el ataque fue cometido por tres atacantes suicidas del grupo yihadista.El Real Madrid confirmó que varios muertos eran simpatizantes del club y el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, expresó su consternación en Twitter:"Consternado por el atentado contra una peña del Real Madrid en Irak. El terrorismo ataca al fútbol. Estamos con las víctimas y sus familias. El fútbol está siendo objetivo del terror. Íbamos a viajar este mes, pero se pospuso por seguridad. Volveremos para apoyar al pueblo iraquí", prometió.Balad, situada en la provincia de Saladino, es de mayoría chiita y nunca ha estado ocupada por elEI, que conquistó amplias zonas de la región en 2014, pero fue expulsado de la mayoría de ellas hace alrededor de un año y medio.
Hace dos días, el EI mató a más de 90 personas y provocó heridas a otras 161 en tres atentados perpetrados en dos barrios de mayoría chiita y otro sunnita de Bagdad, en una de las jornadas más sangrientas de los últimos meses en Irak.El país afronta una cruenta guerra contra el EI, que conquistó en el verano de 2014 amplias regiones del territorio y proclamó un califato en las zonas que controla en Irak y en la vecina Siria.
El líder espiritual de los chiitas de Irak, el gran ayatollah Ali al-Sistani, condenó la reciente ola de ataques y dijo que el gobierno es el responsable de las fallas en la seguridad, al punto que acusó a los políticos del país de "cerrar sus oídos a sus asesores".Cientos de personas marcharon por las calles de Sadr City para exigir al gobierno que responda por las fallas de seguridad. Los manifestantes portaban carteles en los que pedían la renuncia del ministro del Interior, del de Defensa e incluso del primer ministro, Haidar Al Abadi.