Adentro de estas clínicas, descubrió la realidad devastadora que viven muchas chicas, como no darles comida, obligarlas a rezar o "violarlas para corregirlas". Incluso, les dan grandes cantidades de alcohol, drogas y los hacen vivir una total pesadilla.
Paredes, quien también es lesbiana, conoció la clínica en el 2013 porque una amiga fue internada allí. Por eso, decidió hacer este trabajo para mostrar el horror que se vive e investigó durante meses para poder entender lo que verdaderamente sucede.
Para poder ingresar, tuvo que pedirle a sus padres que la ayuden y que intentaran internarla ahí, aunque ellos en la vida real aceptan la sexualidad de su hija. Ella fue con ellos y durante el recorrido, se escondió un micrófono para poder dejar todo grabado.
Durante su visita, ella la pasó realmente mal y contó que se la pasó temblando y muy asustada durante toda la visita por la clínica de Ecuador.
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