El conductor fue detenido por las autoridades para conocer el por qué del origen de las manchas, pero cuando hicieron el control de detección y revisaron el auto, al final terminaron soltando más de una carcajada.
Según medios locales, todo se habría tratado de una especie de calcomanía que parecía sangre, por lo que captó la atención de los transeúntes al hacer creer que fue producto de un accidente, pero todo se trataba de un extraño gusto del conductor.
"La pegatina puede irritar visualmente, pero no es un delito penal ni regulatorio", citaron los medios alemanes, por lo que no habría ninguna justificación para sancionar al conductor que aterrorizó a muchas personas en la calle.
"Sobre el gusto se puede argumentar, pero el mal gusto no es crimen", señaló un portavoz de la policía alemana, tomándose esta situación con humor.
Fuente: aweita
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